pablo alborán e ismael serrano

Pablo Alborán e Ismael Serrano: ya puedes escuchar La primera que despierta, la canción que dedican a las madres del mundo

Aitana Alonso

Las madres son unos de los mejores regalos que todos tenemos, y verlas reflejadas en canciones nos emociona especialmente. Pablo Alborán se ha unido a Ismael Serrano para hacernos disfrutar con la mejor carta cantada jamás escrita. La primera que despierta es el nuevo tema que han lanzado y que no puede ser más bonito.

Lo primero que destacamos es la unión vocal de estos dos artistas, sus voces empastan a la perfección, y aporta al tema una calidez increíble. A esto hay que sumarle la letra, una descripción perfecta del sacrificio, los cuidados, el cariño y la dedicación de las madres siempre.


Porque ellas siempre están para todos, y a veces se olvidan de ellas mismas. Esta canción es el entrante perfecto para el día de la madre. Una exquisitez de canción, no nos cansaremos de escucharla jamás.

También puedes leer:

Con Pablo Alboran o Rozalén: Las mejores colaboraciones de Funambulista

Ismael Serrano: Porque fuimos, el primer adelanto de su próximo disco inédito

Descubre qué disco regalar por el Día de la Madre según su personalidad

Letra de La primera que despierta – Pablo Alborán e Ismael Serrano

La primera que despierta

Y la última que apaga

Siempre cansada y alerta

Cuida a todos en la casa

Cuidan sus manos de olivo

La fiebre ajena y el llanto

De quien llora lo perdido

Sin haber perdido tanto

Hace la cama y suspira

Repasando lo pendiente

Rota la espalda aun cuida y ayuda a hacer los deberes

Y ayuda a hacer los deberes

Y quien cuida a quien nos cuida

Quien se acuerda de sus ganas

Quien le penará la cana

Y vendará sus heridas

Quien

Quien le devuelve el futuro

Las mañanas sin fatiga

Quien le devuelve los días

Sin prisas

De culpa por levantarse

Tarde pensando en la nada

El desayuno en la cama y la vida por delante

Cuida y arropa al que duerme

Mientras la noche se apaga

Y besa todas las frentes

Tiende la ropa lavada

En sus manos de sarmiento

Se mece todo el planeta

Y se detiene un momento para posar su cabeza

En el hombro que ella cuida

En la noche más oscura

Quizá nos salve la vida

La lección de su ternura