Cinco gramos de sal al día, yodada: la recomendación de los expertos

Tomar poca sal tiene tantos efectos negativos para el organismo como tomar mucha

Ana Más

En España el consumo de sal es de diez gramos por persona y día, algo que según los expertos deberíamos reducir a la mitad. Además el 77% de la sal que consumimos procede de alimentos ultra procesados, esto es que no la añadimos nosotros sino que viene de fábrica.

Y es que deberíamos tomarnos en serio reducir o eliminar su consumo, sobre todo al hilo de las declaraciones en niusdiario.es del Doctor Francisco Botella Romero, coordinador del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que afirma que , «…las muertes atribuibles a un exceso de sal en nuestra dieta superan a las provocadas por el tabaco o el alcohol en muchos países», y añade «Pero a la vez la sal es imprescindible para nuestro organismo», añade. El problema está, como casi siempre, en los excesos».

Y es que muchas veces no sabemos  ni siquiera mirando la información nutricional si la cantidad de sal que llevan algunos alimentos es mucha o poca.


Sal en su justa medida

Echar sal
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Es decir no debemos eliminarla del todo de nuestra dieta pero si controlarla. La recomendación que hace al mismo diario el nutricionista y endocrinólogo Antonio Escribano es tomar entre cinco y seis gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharadita de café pequeña.

Pero lo complicado es la sal que consumimos y no vemos porque está en el pan, los embutidos, las conservas, la bollería, etc…tal y como explica el Dr. Botella Romero, «La sal del salero y la que usamos al cocinar solo suponene el 20% de la que ingerimos. El otro 80% está en todos esos alimentos que la llevan. Aunque lo pretendamos es casi imposible tomar poca sal con nuestra forma de vivir en el mundo occidental». Por eso Miguel Ángel Lurueña autor de «Que no te lien con la comida.Una guía imprescindible para saber si estás comiendo bien»,  recomienda, «En lo que deberíamos centrar nuestra atención en reducir el consumo de productos procesados y ultraprocesados, que son el verdadero problema».

Según Botella Romero el exceso de sal «aumenta el volumen plasmático, eleva la tensión arterial y acelera los procesos de arterioesclerosis que dañan nuestro corazón.» y Escribano añade que «También afecta al riñón. A este órgano se le complica mucho la vida cuando tiene que estar gestionando una cantidad de sal alta y en realidad, todo lo que es la estructura del metabolismo, cuando hay un exceso de sal, al organismo le supone un auténtico problema tener que eliminarla. Quiere la cantidad necesaria pero no más».

Tomar demasiado poca sal tampoco es aconsejable ya que según explica el especialista, «La sal es cloruro sódico, y el sodio es imprescindible para que la sangre mantenga el agua dentro de la sangre. Es decir, si no tenemos sodio, el cuerpo no retiene agua y el 66% de nuestro cuerpo es agua. Quiero decir que necesitamos el sodio para mantener el volumen plasmático en nuestras células».

Y desde luego algo en lo que coinciden los expertos es en que tomemos sal yodada y explican que «El yodo es muy importante en la nutrición humana y es muy escaso en los alimentos» y por eso para garantizar su consumo «la Organización Mundial de la Salud pensó ¿dónde podemos poner yodo para que la población general lo ingiera de forma fácil y barata? Y optó por añadirlo a la sal. «.

Sin embargo Escribano recomienda, » que la gente se hiciera una simple analítica y midiera los niveles de yodo en su organismo y a partir de ahí que introdujera en su dieta la sal yodada de forma diaria o con una menor frencuencia. A ver si nos estamos pasando de cantidad y, por evitar un déficit, creamos un superávit. Porque la falta de yodo provoca hipotiroidismo, pero el exceso de yodo puede aumentar la actividad de la glándula tiroides y producir hipertiroidismo».

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