Dicen que al amar de verdad, se hace hasta el final. Pero muy diferente es vivir junto a una persona por costumbre, ahí se cambia el amor por la comodidad.
Mari es de Granada y lleva 48 años con su marido. Y desde hace un tiempo se siente incómoda yendo con él a cualquier sitio. Esto viene porque él se queda mirando a las chicas por la calle. Mari se siente menospreciada por su pareja y no entiende por qué lo hace ahora. Ella ha intentado que vaya a un psicólogo por ello, pero él asegura que no se queda embobado mirando a ninguna mujer. Ahora el problema se ha extendido y es que algún vecino ya ha avisado a Mari de su marido cuando camina por la calle.