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Paso a paso: así es como Pablo Alborán enfrenta sus miedos

El artista recorrió el famoso Caminito del Rey

Noelia Bertol

Que Pablo Alborán llamara a su último disco Vértigo no es casualidad. En su momento el artista malagueño confesó que sentir vértigo forma parte de estar y sentirse vivos. Sentir vértigo es lo más humano del mundo.

Alborán quiso confesarse humano, pues detrás de la estrella que vemos brillar sobre el escenario en cada uno de sus conciertos, y detrás del éxito, hay una persona llena de miedos que constantemente se enfrenta a ellos.

Vértigo es mucho más que miedo a las alturas, pero es justo este vértigo el que ha experimentado el artista en sus vacaciones de Semana Santa. Pablo Alborán ha aprovechado los soleados días de abril para visitar una de las rutas más conocidas de su Málaga natal, el Caminito del Rey.


 

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El Caminito del Rey es una experiencia única. Una camino construido en las paredes del cañón de los Gaitanes cuyo origen data de inicios del siglo XX.

El motivo de su construcción era el de poder trasladar materiales de construcción para levantar la presa del Conde de Guadalhorce, pero en el año 2015 se rehabilitó y se abrió al público, siendo hoy una de las actividades preferidas por los turistas que cada año visitan el sur de España.

Pero también para los propios malagueños, como es el caso de Alborán. El artista compartía en sus redes sociales cómo fue su experiencia en la ruta, bromeando con el miedo a las alturas o disfrutando de los paisajes que le ofrece su tierra.

Paso a paso, así supera Alborán su vértigo

 

Siguiendo la ruta, en un momento dado se cruza el cañón sobre una estructura metálica con orificios a través de los cuales se puede ver el fondo.

 

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A una gran altura, Alborán compartió el momento en un vídeo en el que se le puede escuchar impresionado con la distancia al suelo que ve a sus pies y la impresión que ello causa. Eso sí, lejos de quedarse parado, el artista no deja de caminar. Una preciosa metáfora de la vida.

«¡Adiós al vértigo!«, expresaba el cantante. Pues así se superan los miedos: plantándoles cara.

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