Tener a la vista tres ejemplares de árbol, vivir en un barrio con un 30% de cubierta vegetal y estar a menos de 300 metros de un parque. Esas son las bases de la regla 3/30/300 que pretende ayudar a crear ciudades más saludables.
Una regla fue propuesta por el silvicultor urbano Cecil Konijnendijk, basada en que el verde ayuda a mitigar las altas temperaturas, a prevenir inundaciones y mejora la salud de la población.
El diario El País hace referencia a un estudio que acaba de publicarse, realizado por el Instituto de Salud Global (ISGlobal) en Barcelona, «que muestra que vivir cerca de árboles y zonas verdes tiene correlación con una mejor salud mental y un menor consumo de medicamentos…La misma entidad científica impulsada por la Fundación La Caixa, ha codirigido otro trabajo con el Servicio Forestal de Estados Unidos (USDA) que demuestra que plantar árboles en la calle puede salvar vidas.»
Es decir, hay una urgente necesidad de proporcionar más espacios verdes a la ciudadanía, algo que mejorará la salud además de reducir los efectos de isla de calor y contribuirá a la captura de CO2, tal y como explica el autor principal del estudio, Mark Nieuwenhuijsen.
Para realizar el informe se tomaron datos de la Encuesta de Salud Pública 2016 de la Agencia de Salud Pública del Ayuntamiento de Barcelona, que evaluaba la salud mental de los vecinos de entre 15 y 97 años. «De media, el 18% declaraba tener mala salud mental, el 8,3% que había visitado a un psicólogo en el último año y entre el 8,1% y el 9,4% que había tomado tranquilizantes o antidepresivos en los últimos dos días.»
Los investigadores cruzaron los datos de dicha encuesta con indicadores de espacios verdes, sensores y mapas de cubierta terrestre y el trabajo reveló que cumplir la regla completa se asociaba con una mejor salud mental, menos uso de medicación y menos visitas al psicólogo.
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