William Levy emociona a la audiencia del Hormiguero con este testimonio

El actor habló sobre el accidente sufrido por uno de sus hijos

Ana Más

Esta semana el actor cubano William Levy ha concedido su primera entrevista a una tele española, y lo ha hecho al programa El Hormiguero que conduce Pablo Motos. Una entrevista en la que ambos han hablado tanto de su trabajo como de su vida personal y precisamente en el terreno de lo personal se sinceraba con algo que le ocurrió a uno de sus hijos el año pasado.

Cuándo Motos le preguntaba sobre la dificultad de conciliar trabajo, rodajes en su caso y vida familiar, el intérprete contaba que precisamente durante el rodaje de «Café con aroma de mujer» en plena pandemia , su hijo sufría el aparatoso accidente que le dejaba sin caminar varios meses, por lo que él y la madre del niño le tenían que ayudar a hacer todo.

Sin duda un momento durísimo para él que tuvo que dejar de estar con el pequeño en esos momentos precisamente porque le salió un rodaje: «Es un trabajo muy difícil, tenía que estar trabajando y no podía estar con él», afortunadamente su hijo se encuentra ahora bien y ha podido volver a caminar. Y es que el actor ha reconocido que esto es lo más complicado de su trabajo, estar alejado de su familia.


William Levy emociona a la audiencia del Hormiguero con este testimonio


Y ha continuado explicando al conductor del programa que “durante la grabación hablaba con él, pero luego tienes que concentrarte con la escena, tienes que reírte… Es un trabajo muy difícil”.

Y contaba feliz, “Gracias a Dios está bien después de un año y medio. Los doctores pensaban que no iba a regresar a jugar al béisbol y ya ha vuelto a jugar”.

Pero además el actor habló de su fama en España, algo por lo que se siente sumamente agradecido. Y es que aunque en EE.UU es muy conocido en nuestro país no lo es tanto. Y precisamente en  España comienza el rodaje de Montecristo, de la que es productor.

Más de cuarenta minutos de entrevista en los que el actor mostró toda su simpatía además de hablar de lo divino y humano y que Motos cerraba diciendo: «Puedes venir siempre que quieras, una vez al año. ahora nos intercambiamos los teléfonos y tú me llamas siempre que quieras venir».