Y es que hay opciones bastante poco calóricas como los mejillones, la ventresca, el salpicón de pulpo o unas gambas al ajillo, que además al ser proteina nos van a saciar más.
Es muy importante además de la comida, la bebida con la que la acompañamos. «Lo mejor es apostar por propuestas refrescantes y ligeras como, por ejemplo, un agua con gas con un chorrito de zumo de limón», explican desde sabervivirtv.com desde dónde además recuerdan que las versiones sin alcohol aportan menos calorías.
Respecto a las tapas más habituales las patatas fritas y los calamares, desde el mismo medio explican podemos comerlas perfectamente sin coger peso, se trata de esciger la opción menos calórica, que en el caso de las patatas es hervidas y aderezadas con un poco de aceite, vinagre, huevo picado y perejil, así tan solo nos aportarán 118 calorías frente a las 571 de las fritas.
En el caso de los calamares la mejor opción es a la plancha, una ración preparada así nos aporta unas ochenta calorías, mientras que si están fritos más del doble, 200 calorías. Cambiar las croquetas por jamón puede ahorrarnos mucho aporte calórico también, unas doscientas calorías menos para ser exactos, ya que una ración de croquetas nos aporta 340 calorías mientras que una de jamón tiene solo 140.
Y más trucos, si optamos por comer pescado, debemos tener en cuenta que marinado tiene muchas menos calorías que frito. Es decir, es mucho más sano pedir unos boquerones en vinagre que una ración de boquerones fritos.