Hace una semana conocíamos la noticia de que Ana Obregón había sido madre de una niña por gestación subrogada con 68 años, lo que abrió un amplio debate sobre esta práctica. Sin embargo, ahora la actriz ha vuelto a acaparar todas las cabeceras anunciando que no es la madre, sino la abuela de la criatura. Así lo explica ella misma en exclusiva a la revista ¡Hola! Sin embargo, toda esta situación ha hecho que el foco mediático también recaiga en Alessando Lecquio, que ha pasado por sorpresa a ser abuelo.
El colaborador de Telecinco aseguró en El Programa de Ana Rosa estar al tanto de casi todos los planes de su exmujer Ana Obregón, pero en los últimos días al parecer se habría enterado de diferentes informaciones que no le habrían gustado en absoluto. Desde entonces poco o nada se ha vuelto a saber de Lecquio, tras conocerse la noticia de que es abuelo de la pequeña Ana Lecquio Obregón. Algo que según la revista Diez Minutos parece que les creó algún que otro momento de tensión.
Derechos y obligaciones de Lecquio como abuelo
Los abuelos son una parte fundamental también en la educación emocional de los nietos. De esta manera, Alessandro Lecquio se ha convertido en abuelo por sorpresa, ya que la carga genética de la pequeña es de Aless, su hijo.
A nivel legal, tiene derecho a ver y convivir con la bebé sin ningún tipo de impedimento, excepto si los padres de las criaturas tienen ciertas discrepancias. En este caso, se tendría que pedir un régimen comunicacional judicial tal y como recoge el Artículo 160.2 del Código Civil. Pero en este caso al fallecer Aless Lecquio, el abuelo, Alessandro Lecquio, tendría que llevar a Ana Obregón ante la justicia, ya que es la madre legal de Ana Sandra.
Por lo que el abuelo podría tener la potestad de elegir sobre Ana Sandra, ya que la actriz es la única que tiene capacidad de decisión sobre la niña hasta que ésta sea mayor de edad. En caso de fallecimiento de Ana Obregón, Alessandro podría solicitar la custodia de la pequeña.
Pero todo apunta a que la actriz habría dejado todo atado para cuando ella estuviese, designando a los posibles tutores legales para que asuman su papel cuando ella no esté. En cualquier caso, la justicia tendrá que proteger el interés de la pequeña teniendo en cuenta las voluntades que haya dejado la madre.
