Julio Iglesias está de celebración esta semana. Y no se trata de una celebración cualquiera, sino la de su 80º cumpleaños. Aunque aún quedan tres días para este festejo —nació un 23 de septiembre de 1943 en Madrid—, la prensa y los medios españoles, que tanto ruido y empuje le han dado a su carrera, están copados de sentidos homenajes hacia el cantante.
La 1 de TVE ha dedicado dos programas de Lazos de sangre a recordar la vida profesional (y personal) del artista. Y la revista¡Hola!tampoco ha desaprovechado la oportunidad de dedicarle un número de lo más especial por su cumpleaños, que festejará en la intimidad en su casa de Bahamas, y ha hecho un repaso por su emocionante carrera, pero también por algunos de los episodios más tortuosos para él.
Casi me muero, pero volví a vivir»
Así, a través de una carta escrita exclusivamente para la revista, que con tanta acogida y cariño lo recibió siempre, Julio Iglesias no solo ha dado las gracias a esta publicación española, sino también a esos giros inesperados del destino que, en ocasiones, te salvan la vida:
«Yo siempre cuento que no creo en los destinos, pero que creo en las circunstancias. Yo no nací para ser cantante; en realidad, no sé para qué nací, pero sí he tenido muchísimas circunstancias en mi vida, que han cambiado todo», arranca el cantante en su nota. «Después casi me muero, pero volví a vivir», añade en referencia al terrible accidente que sufrió.
También ha recordado el primer momento en el que cogió una guitarra y ya no pudo separarse de la música. «Una guitarra cambió mi vida para siempre y empecé a cantar, por cierto, no muy bien, y también empecé a escribir canciones», escribe antes de dedicar unas palabras de agradecimiento a la revista.
El accidente que cambió la vida de Julio Iglesias
Antes de convertirse en una estrella, Julio Iglesias pasabas sus días casi como un alumno más. Estudiaba Derecho en la universidad en horario académico, pero después pasaba su tiempo jugando al fútbol, algo que no se le daba nada mal. De hecho, acababa de fichar por el equipo de su vida; el Real Madrid.
Pero un accidente ocurrido el 22 de septiembre de 1962 en el norte de Madrid lo cambió todo. Un jovencísimo Iglesias viajaba en un coche por Majadahonda que acabó estrellándose contra un arbusto. Unas horas después, el entonces futbolista se despertó en un hospital con un pronóstico aterrador, y es que, según los médicos, no podría volver a andar.
Este parte, por supuesto, echaba por tierra su sueño de jugar con los galácticos. Durante más de un año, el joven tuvo que estar volcado en su rehabilitación y fue entonces cuando conoció a Eladio Magdaleno, su enfermero. Fue él quien le introdujo en la que sería su nueva ilusión: la música.
El cuidador le regaló una guitarra para que ejercitara sus dedos y fue ahí, en esa cama de la clínica, donde compuso La vida sigue igual, Años más tarde, en 1968, Iglesias se presentó al X Festival de Benidorm de la Canción y se proclamó como ganador con ese mismo tema.
Ese fue el día en el que Julio Iglesias dejó de ser un estudiante que iba para abogado o una joven promesa del fútbol para convertirse en Julio Iglesias, un cantante de fama internacional con marca propia.
