Lo primero es no esperar al último día para teñirnos, ya que el tinte deja el pelo poroso y abre las cutículas, además debemos evitar el uso de secadores y planchas, ya que estos debilitan la queratina y alteran por tanto el color.
En declaraciones a uppers.es, el peluquero David Lesur explica que nuestro cabello en verano se quema y se reseca, igual que ocurre con la piel, la diferencia es que como no nos duele, no le prestamos la debida atención y luego vienen los problemas: «En verano se debe matizar cuando sea necesario, hidratar siempre el cabello y utilizar productos para el sol antes y después, además de practicar tratamientos específicos como la biocauterización, que es ideal para mantener y prolongar un color ideal y un cabello hidratado y sano durante más tiempo, ya que fortalece la fibra capilar y refuerza la cutícula.» Y añade que si el cabello ya está dañado lo mejor es ir a la peluquería para corregir esos tonos no deseados.
Aplicarnos mascarilla reparadora dos veces por semana, nos aportará ceramidas y queratina que a su vez ayudarán a reconstruir la fibra capilar que es la que retiene los pigmentos del tinte. Si nos cubrimos la cabeza con una toalla caliente, penetrará mejor y añadiremos así un extra de hidratación.
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