No hace falta indagar mucho en la discografía de Joaquín Sabina para descubrir que al artista siempre le inspiraron las vivencias, ya sean propias o ajenas, más o menos corrientes. Así, en sus canciones encontramos grandes historias de amor, de desamor, de delincuencia e incluso de asesinatos.
Muchos de los protagonistas de estas historias tienen nombre. Más allá de «el caso de la rubia platino«, del «pirata cojo» o del «hombre del traje gris«, en muchas de las canciones que compuso el de Úbeda nos presentó a sus personajes con un nombre que les daba una identidad propia. Hablamos de Marieta, de Jimena, de Jaro o de Amparo, entre otros.
Joaquín Sabina: canciones llenas de personajes (y sus historias)
Cada personaje de Sabina refleja un pedazo de la experiencia humana: la pasión, la pérdida, la ironía, la melancolía y la búsqueda de sentido. Algunos son arquetipos universales y otros son reminiscencias de personas que marcaron su vida. Hoy en Cadena Dial hacemos un repaso de ellos y las historias que protagonizan en las canciones de Sabina.
María. Es un nombre recurrente en las canciones de Joaquín Sabina, y aparece en varios temas con diferentes contextos y significados. Es el caso de 19 días y 500 noches, en la que este canta: «Y eso que yo, para no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías…«
La Magdalena. Esta es la protagonista de Más de cien mentiras, canción en la que el artista jienense describe a una prostituta que vive en la marginalidad y la tristeza: «Y si la Magdalena pide un trago, tú la invitas a cien, que yo los pago«.
Jimena. Es la protagonista de una de las canciones de Sabina, pero también de su vida, pues es una canción dedicada a Jimena Coronado, la mujer con la que el artista comparte su vida desde hace más de 25 años.
Jaro. El personaje de Jaro aparece en la canción Qué demasiao (Una canción para el Jaro). Detrás de este alias está José Joaquín Sánchez Frutos, un joven delincuente que fue asesinado con apenas 16 años. Su historia ha sido llevada al cine por algunos directores, y Sabina es quien, junto con José Ramón Ripoll, le dedicó una canción.
«Macarra de ceñido pantalón
pandillero tatuado y suburbial,
hijo de la derrota y el alcohol,
sobrino del dolor,
primo hermano de la necesidad.
Tuviste por escuela una prisión,
por maestra una mesa de billar.
Te lo montas de guapo y de matón,
de golfo y de ladrón
y de darle al canuto cantidad.
Aún no tienes años pa votar
y ya pasas del rollo de vivir.
Chorizo y delincuente habitual
contra la propiedad
de los que no te dejan elegir»
Marieta. Este nombre de mujer es también el de una canción que Sabina lanzó junto a Javier Krahe y Alberto Pérez en el álbum La Mandrágora, publicado en 1981. En esta canción, Sabina narra la historia de una mujer llamada Marieta, a quien describe como bella y traicionera. La letra cuenta cómo el narrador va a rondarla una noche, solo para descubrir que ella ha ido a escuchar a Alfredo Kraus, dejándolo a él con su canción y sintiéndose como un tonto. Marieta es un ejemplo del estilo característico de Sabina, que mezcla humor, ironía y una mirada melancólica sobre las relaciones y la vida. La canción refleja la habilidad de Sabina para crear personajes vívidos y situaciones cotidianas con un toque poético.
