Sin embargo es importante recordar, que este tipo de dietas drasticas con resultados tan rápidos pueden poner en peligro nuestras salud. María Amaro, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en nutrición explica en El Mundo que: «A la hora de hacer una dieta hay que tener en cuenta tres factores de idéntico protagonismo: el paciente, la dieta que va a seguir y de dónde partió, de un médico, de un nutricionista, de una red social, de un amigo, de una vecina…«.
La esepecialista señala además que cuando encadenamos una dieta tras otra, algo no va bien y habla de la importancia de una buena educación nutricional desde ñiños. Y es que si nos educaran sobre la importancia de adoptar unos hábitos de vida saludables, basados en una alimentación saludable y una actividad física regular, no llegaríamos a la edad adulta haciendo una dieta tras otra, movidos por el deseo de ajustarnos a un cánon de belleza determinado y no por el de estar sanos.
Y es que «Nuestra mente interpreta la falta de comida como un atentado contra nuestra propia supervivencia y ordena a nuestro metabolismo que se ralentice, activando ponga el modo ahorro de energía. Es decir, que queme menos calorías de las que quemaría si no estuviéramos haciendo dieta para compensar esa falta de ‘carburante'», matiza.
Algo en lo que coincide el nutricionista Miguel Ángel Lurueña, autor de “Que no te líen con la comida”, que en declaraciones a Uppers explica que «Como no le estamos dando energía, pues cambia su forma de funcionar, se pone a ahorrar, y cuando volvemos a alimentarnos como lo hacíamos antes, dentro de la normalidad, ganaremos peso mucho más rápido porque nuestro organismo se asustará y no querrá que le vuelva a pasar. Y no volveremos al mismo peso, tendremos, además, una propina. A esto debemos sumar otro problema: la pérdida de masa muscular».
Añade Amaro que además, el simple hecho de ponernos a dieta hace que dirijamos nuestra atención, de forma involuntaria, «hacia los alimentos que estimulan más nuestro apetito, que suelen ser aquellos que tienen más cantidad de azúcar, sal y grasa».
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