Según los Institutos Nacioneales de Salud (NIH), este síndrome recibe el nombre del autosómico dominante de irrupción helio-oftálmica compulsiva (ACHOO, por sus siglas en inglés). Curioso que su nombre sea ese, ¿verdad? Este hecho se caracteriza por darse estornudos incontrolables en respuesta a la exposición repentina a luces brillantes, generalmente la luz solar intensa.
El NIH advierte de que una de cada cuatro personas siente picores y síntomas nasales leves ante este tipo de luz, y en algunos casos se llega a dar los estornudos fóticos que comentábamos. Según los estudios publicados, este síndrome afecta a entre un 17 y un 35% de la población mundial.
Lo curioso de este síndrome es su origen, que a pesar de ser totalmente inofensivo, sí que causa cierto malestar durante un rato a quienes lo padecen. Las causas no están del todo claras, pero algunos estudios apuntan a que se podría tratar de factores genéticos y que el 40% de miembros de una misma familia lo pueden llegar a sufrir.
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