
En este artículo te contamos cinco trucos prácticos para que trabajar desde casa no signifique rendir menos. Hablamos de cómo crear un entorno profesional, gestionar el tiempo de forma eficiente, mantener la motivación y evitar los errores más comunes del teletrabajo. Porque sí, es posible ser igual de productiva —o incluso más— sin salir de casa. Solo necesitas un poco de planificación, disciplina y los consejos adecuados.
El teletrabajo ha llegado para quedarse. Según datos de la consultora Robert Walters, nueve de cada diez empleados que han probado esta modalidad desean seguir trabajando desde casa al menos algunos días a la semana. Las razones son claras: ahorro de tiempo en desplazamientos, mayor flexibilidad horaria y, en muchos casos, una mejora en la productividad. Sin embargo, no todo es tan sencillo como abrir el portátil en la mesa del comedor.
Uno de los principales desafíos del trabajo remoto es mantener la concentración y separar la vida personal de la profesional. Para lograrlo, es fundamental establecer rutinas, contar con un espacio adecuado y utilizar herramientas que faciliten la comunicación y la organización. Aquí van cinco trucos que pueden ayudarte a conseguirlo.
Tener un lugar fijo para trabajar ayuda a tu cerebro a entrar en “modo oficina”. No necesitas una habitación entera: basta con una mesa bien iluminada, una silla cómoda y, si es posible, algo de aislamiento del resto de la casa. Evita trabajar desde la cama o el sofá, ya que eso puede afectar tanto a tu postura como a tu productividad.
Personaliza tu espacio con elementos que te inspiren, pero sin sobrecargarlo. Un escritorio ordenado favorece la concentración. Y si compartes casa, establece límites claros con quienes viven contigo para evitar interrupciones durante tu jornada laboral.
La tecnología es tu mejor aliada para organizarte y comunicarte. Plataformas como Trello, Notion o Asana te permiten gestionar tareas y proyectos de forma visual. Para reuniones, Zoom, Google Meet o Microsoft Teams son opciones eficaces. Y si necesitas mantener el contacto constante con tu equipo, Slack o Microsoft Teams también ofrecen canales de comunicación fluidos.
Eso sí, evita la sobrecarga digital: no necesitas estar conectada todo el tiempo. Establece momentos para revisar correos o mensajes, y silencia notificaciones cuando necesites concentración profunda.
Puede parecer un detalle menor, pero cambiarte de ropa como si fueras a la oficina tiene un impacto psicológico importante. Te ayuda a marcar el inicio de la jornada y a ponerte en modo profesional. No hace falta que te pongas tacones, pero sí algo distinto al pijama.
Este pequeño gesto también mejora tu disposición para videollamadas y te ayuda a separar mentalmente el tiempo de trabajo del de descanso.
Trabajar desde casa puede llevarte a moverte menos y a aislarte más. Por eso, es fundamental incorporar hábitos saludables: levántate cada cierto tiempo, haz estiramientos, sal a caminar al menos una vez al día y mantén una alimentación equilibrada.
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