
Y es que crear un tejido social sólido a veces se hace complicado, y en ello puede ayudarnos esta teoría de Confucio consistente en «poner en práctica la idea de actuar conforme a un conjunto de normas y rituales sociales, incluso si en el fondo no sentimos que lo deseamos», explican desde TELVA.
Es decir, en lugar de esperar a sentir la necesidad de comportarnos de forma amable y compasiva con el resto de la gente, hacerlo aunque en el fondo no sintamos ese deseo. Un pequeño ritual que con el tiempo puede reportarnos grandes beneficios en lo relativo a ‘moldear nuestros sentimientos’.
El origen de esta teoría de Confucio podemos encontrarla en las relaciones con los antepasados, ya que para el filósofo, «‘actuar como si’ los antepasados estuvieran presentes, provocaba un cambio en los miembros de la familia«.
De la misma forma, tener más consideración con los demás y comportarnos según una serie de normas sociales correctas puede hacer que nuestras relaciones sean más profundas. El sencillo hecho de saludar a alguien y repetir este acto, aunque no tengamos ganas de hacerlo, puede llevarnos a un sentimiento auténtico de empatía y conexión con esa persona y sobre todo provocar un cambio en nosotros mismos, sustituyendo sentimientos como resentimiento o enfado por otros mucho más positivos como la empatía. «Si quieres sentirte diferente, actúa como si ya lo estuvieras«, dice el experto en felicidad de Harvard, Arthur Brooks.
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