Unas mismas consecuencias que también le han afectado en sus relaciones sociales. «Cada 15 de junio lo vuelven a subir a las redes«, lamentaba sobre la huella digital que le persigue. Eso sí, también revela que ya ha aprendido a vivir con ello y es incluso capaz de reírse del meme: «Antes me molestaba bastante, pero al final entiendes que es una frase espontánea dicha por un chaval de 12 años, sin más«.