
Asimismo lo ha plasmado su nieta, Josefina, en sus redes sociales, con una emotiva última carta para el que fuera su abuelo. Unas palabras que trasladaban este mismo dolor y con las que conseguía poner en valor la figura de Mario Vargas Llosa más allá de lo literario.
«Con el corazón roto y la tristeza más profunda que he sentido en mi vida te escribo estas palabras. Antes que nada, quiero agradecerte, porque fuiste mucho más que mi abuelo: un segundo papá que me regaló la vida y me acompañó durante treinta años«, comenzaba este escrito lleno de dolor.
Un mismo sufrimiento que consigue convertir en felicidad por todo lo vivido a su lado: «Gracias por estar siempre presente en todos los momentos importantes, por tu cariño, tu generosidad y tus lecciones de vida. Siempre me harán falta tus carcajadas, todas tus historias y nuestras conversaciones comiendo huevos rotos en Casa Lucio«.
Además, hace referencia a la historia de amor de la que ella misma fue testigo: «Junto a la abuela Patricia, tu compañera de más de 60 años y el amor de tu vida, construiste una vida extraordinaria. Cumpliste todos tus sueños y recibiste innumerables premios y distinciones. Pudiste vivir la vida que quisiste: escribiendo todos los días«.
«Trajiste un inmenso orgullo a tu amado país al ser el primer peruano en ganar el Premio Nobel. Tus palabras cambiaron el mundo y lo seguirán haciendo en las generaciones por venir. Dado tu espíritu rebelde, tenías que escribir: para imaginar otras realidades y crear posibilidades de lo que podría ser. Utilizaste tu obra literaria no solo para entretener, sino también para condenar la tiranía, promover la democracia y defender la libertad y los derechos humanos«, continúa relatando desde el orgullo inmenso que todo esto le supone.
MÁS SOBRE: