Isabel Preysler

Isabel Preysler se sincera sobre su ruptura con Mario Vargas Llosa: «La última no me dolió nada»

La 'socialité' vuelve a 'El Hormiguero' para hablar de su nuevo documental

Nuria Miguelez

Anoche, en el episodio del jueves de El Hormiguero, Isabel Preysler fue recibida con entusiasmo al regresar al programa después de ocho años. Compartió detalles íntimos de su vida familiar con el siempre curioso Pablo Motos.

En esta segunda aparición, la icónica socialité compartió los secretos detrás de su nuevo proyecto, Isabel Preysler: mi Navidad, un fascinante docureality disponible en Disney +. Acompañada por sus hijas Tamara Falcó y Ana Boyer, el documental nos sumerge en la privacidad de la familia Preysler durante las festividades navideñas.

Uno de los momentos destacados de la noche ocurrió cuando el presentador exploró las experiencias de Isabel en el amor y las rupturas. La respuesta de Preysler fue firme:»Duelen menos las rupturas ahora, la última no me dolió nada, con los años todo duele menos». Un dardo dirigido hacia su última pareja conocida, el escritor peruano Mario Vargas Llosa, que sonó en todo el plató en forma de carcajada.


Sobre la posibilidad de volver a enamorarse, comentó en el programa: «Veo muy difícil volver a enamorarte de alguien en la actualidad, lo veo casi imposible, pero nunca se sabe«.

El hombre perfecto para Isabel Preysler

Para Isabel, el hombre ideal personifica una mezcla única de cualidades que trascienden la superficie. Más allá de la apreciada inteligencia, destaca la importancia de un cautivador sentido del humor. La socialité busca un compañero capaz de infundir alegría y ligereza en la vida diaria, convirtiendo incluso los momentos más simples en experiencias memorables. La ternura se erige como un rasgo crucial en su concepción del hombre perfecto, ya que ve en la delicadeza y empatía la capacidad de construir conexiones genuinas.

Para ella, el hombre perfecto no solo resplandece con astucia intelectual, sino que también aporta risas y afecto, elementos que garantizan que la admiración perdure a lo largo del tiempo.