
La tiña es una enfermedad que afecta principalmente la piel, el cabello y las uñas, tanto en humanos como en animales. Aunque no representa un peligro grave para la salud, sí puede causar importantes molestias si no se detecta y trata a tiempo. Además, tiene un alto grado de transmisibilidad, lo que significa que puede propagarse con facilidad dentro del hogar.
Los hongos responsables de esta infección prosperan en ambientes cálidos y húmedos. El contagio se produce, principalmente, por contacto directo con una persona o animal infectado. Lo preocupante es que muchas mascotas, en especial gatos y perros, pueden portar estos hongos sin mostrar signos visibles de enfermedad. Así, un animal aparentemente sano puede convertirse en un vehículo de transmisión sin que sus dueños lo sepan.
En las mascotas, la enfermedad puede presentarse con pérdida de pelo localizada, piel escamosa, costras o irritación. A veces, los animales afectados se rascan o se lamen con frecuencia. No obstante, en muchos casos los síntomas son tan sutiles que sólo un veterinario podrá detectarlos mediante pruebas específicas.
La prevención es fundamental para evitar el contagio. Mantener una buena higiene en el hogar, lavar regularmente las manos después de interactuar con animales, y limpiar las áreas y objetos que usan las mascotas puede reducir significativamente el riesgo. También es recomendable llevar a cabo controles veterinarios periódicos, especialmente si se nota algún cambio en la piel o el pelaje del animal.
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