
Un tour con el que está celebrando por todo lo alto sus 25 años en activo, con un repertorio de excepción en el que hay hueco para los discos más alabados de su trayectoria profesional, como ‘Semilla del silencio’, ‘Destino’, ‘Renovatio’ o el que es hasta el momento su último proyecto discográfico, ‘El tiempo no es oro’.
El paso del tiempo es un elemento clave en la nueva era discográfica de Antonio Orozco, y esto se hace palpable desde los primeros segundos de la apertura con la que el catalán da comienzo a los conciertos de esta gira. En las dos pantallas que dominan los laterales del escenario se proyecta una recreación que lleva al artista desde su vejez hasta el momento actual, mientras que en el prisma rectangular del centro de la tarima se puede ver la evolución de una silueta de un niño que se convierte en un hombre adulto, y es en esta pantalla donde aparece el protagonista dando comienzo al recital con ‘El tiempo no es oro’, uno de los temas más reproducidos del disco más reciente del artista, con el que comparte título. A lo largo del último estribillo, aprovechó para dar la bienvenida a su público, afirmando: «Muchísimas gracias por esta noche, por este año, por regalarme tu tiempo».
Fue un comienzo a la altura que prosiguió con dos de los grandes éxitos de su carrera, ‘Hoy’ y ‘Que me queda’, que fueron coreados al unísono por las más de 15.000 personas que se dieron cita en Madrid para disfrutar de una noche de ensueño con uno de nuestros artistas más queridos y que propiciaron la primera de las ovaciones multitudinarias. Dieron paso a otros tres temas muy famosos de su catálogo, ‘Ya lo sabes’, ‘Devuélveme la vida’ y ‘El Viaje’, en cuya parte final entonó varias notas que le acercan a su sueño de cantar lírico, consiguiendo otro aluvión de vítores y aplausos.
Su disco más reciente, que da sentido a todo este tour, ha tenido un peso fundamental en el repertorio, ya que ha cantado la gran mayoría de sus temas, como ‘Bebé’, ‘Inevitablemente’, al que dio un toque muy flamenco, ‘El problema fue la solución’ o ‘Despierta’. «¡Aquí no se duerme nadie!», espetaba Antonio Orozco antes de interpretar ‘Llegará’, ‘Te esperaré’ o ‘Mi héroe’, que envolvió todo el recinto con un ambiente muy especial.
Todas estas canciones y alguna más tuvieron a Antonio Orozco en el escenario durante más de dos horas y cuarto completamente frenéticas en las que no dejó de cantar y disfrutar junto a todo su público, acompañado de unos visuales que amenizaban cada canción a la perfección y de una banda de 5 músicos que sonó de manera excelente a lo largo de todo el espectáculo.
En una noche tan especial, quiso invitar a dos grandes amigos y compañeros de profesión, que nos regalaron unas actuaciones que podremos recordar siempre. En primer lugar Antoñito Molina, que pisó las tablas para versionar ‘Estoy hecho de pedacitos de ti’ y quiso sentenciar «Me has regalado la mejor canción de mi vida para cantarla con ustedes, gracias, te amo».
Posteriormente, comenzó a sonar ‘El Patio’, y al iluminarse el piano pudimos ver a Pablo López interpretando el que es su gran himno. Y es que los dos artistas siempre han demostrado que son grandes amigos y volvieron a hacerlo en el Movistar Arena, donde Orozco confesó que esta es «la única canción sin techo».
A lo largo de todo el concierto, Antonio Orozco «se había prometido» no hablar, y cumplió con esta promesa hasta la parte final, cuando entabló conversación por fin con su público, a quien hizo corear «No quiero que se acabe» en numerosas ocasiones. Quiso agradecer su éxito de esta gran noche a todas y cada una de las personas que le han apoyado siempre, su equipo discográfico, su familia, el equipo de ‘La Voz’ y sus fans. Y aunque bromeó con que era un «miércoles de Champions», también confesó que había sido una de las noches más especiales de su vida.
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