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¿Engorda más el vino tinto o el vino blanco? Estos son los que menos calorías tienen

El alcohol y el azúcar, los componentes a tener en cuenta

Con la llegada de septiembre volvemos a la rutina y, con ello, a propósitos que muchas veces pasan por dejar atrás los excesos del verano y buscar una mejor alimentación. En este punto entran esos caprichos que nos damos normalmente, como son comer un dulce de postre o tomar vino para acompañar la comida.

Los hay que, en lugar de aparcar a un lado estos placeres, optan por disminuir su frecuencia o buscar las mejores alternativas. Aquí es donde entra uno de los eternos debates: ¿qué engorda más, el vino tinto o el blanco? Pues lo cierto es que la respuesta no está tanto en el color, sino en la composición.

Aunque muchos creen que el vino blanco es más ligero, la información nutricional nos dice otra cosa. Por lo general, el blanco contiene más calorías que el tinto: 70 frente a las 63 por cada 100 mililitros del vino tinto. Esta diferencia se debe principalmente al mayor contenido de azúcar residual en los vinos blancos, especialmente en los más jóvenes.

Y es que la edad de un vino también influye en su aporte calórico. Si eres de los que prefiere el vino tinto pero quieres tomar las menos calorías posibles, lo recomendable es optar por uno de más de dos años, ya que cuanto más seco sea el vino, menos calorías tendrá este.

El azúcar y el alcohol, claves en las calorías de un vino

No solo hay que tener en cuenta el azúcar al hacer estas mediciones. El alcohol también es clave, pues aporta 7 kcal por gramo, lo que convierte al vino en una bebida calóricamente densa. Una copa estándar de 150 ml con 13,5% de alcohol puede aportarnos unas 113 calorías, el equivalente a una manzana grande o diez almendras.

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Entonces, ¿cuál es la opción con menos calorías? Sofía Atienza, comunicadora especializada en vino, lo resume con claridad: «Hay unos vinos que son los que suelen tener menos azúcar y menos alcohol, y son los espumosos Brut Nature: cavas, champán o prosecco, que tienen el apellido de Brut Nature, lo cual es importante porque significa que tienen el mínimo azúcar posible«. 

En definitiva, si estás tratando de perder peso quitándote el vino o reduciendo la cantidad que tomas, lo recomendable es moderar su consumo y tener la información adecuada para optar por las opciones más ligeras, si es eso lo que queremos.

También podemos optar por vinos sin alcohol, aunque en este punto es importante prestar atención a la etiqueta, pues algunas veces estas opciones llevan mayor cantidad de azúcar, lo que no lo hace mejor opción.

En definitiva, el vino no es enemigo de una dieta saludable si se consume con conocimiento y moderación. La clave está en leer las etiquetas, conocer el tipo de vino y entender que, como todo en nutrición, no hay verdades absolutas, sino elecciones informadas. ¡Brindemos por ello!