
Y es que cuando un artista nunca falla en su material, la apuesta es segura. Uno sabe que no se va a arrepentir. Un gesto que Fito se toma como una declaración de amor por parte del público.
«Me lo tomo como una muestra absoluta de amor: ‘me da igual lo que hagas, sé que estás grabando un disco y sé que me va a gustar’. Y empatizo porque a mí me pasa con muchos artistas que admiro«, contaba este en la presentación del álbum que tuvo lugar este jueves ante los medios y donde Cadena Dial estuvo presente. Un evento que estuvo moderado por Mario Baños, de Warner y Días Alternos.
El monte de los aullidos es el octavo trabajo discográfico de Fito y Fitipaldis. Diez nuevas canciones que son la mayor expresión del artista. «Yo no me puedo definir en una canción. No le puedo decir al público en qué lugar estoy musical y personalmente en tan solo una canción. Para entenderme y expresarme necesito al menos diez«, apuntaba Fito.
Unas canciones en las que ha estado trabajando durante los cuatro años que han pasado desde Cada vez cadáver, su anterior disco: «Yo no quiero hacer discos para acumular bellotas. Quiero grabarlos cuando lo necesito y entre que paro, me ubico, pongo la brújula y marco las coordenadas de dónde estoy yo y qué es lo que quiero decir me lleva un tiempo«.
El disco ya es de todos y el siguiente paso es disfrutarlo en directo. La gira arranca en Santander el próximo 21 de noviembre y estará recorriendo nuestra geografía hasta el próximo mes de mayo.
Uno de los mayores retos para la banda es el setlist, en el que para incluir las nuevas canciones del disco deben dejar atrás otros clásicos del grupo.
«Quiero tocar al menos seis canciones del disco nuevo y no es fácil sacar otras seis de un setlist que ya va muy comprimido. Vamos a tratar de hacerlo bien, tocaremos también sencillos de otros discos pero no soy Bruce Springsteen, no puedo estar tocando siete horas«, manifestaba entre risas.
Este tampoco dudó en compartir su opinión sobre el elevado precio de las entradas de conciertos que actualmente marca el mercado de la música en nuestro país. «Nosotros nos quebramos la cabeza para que no sea muy caro. Por eso hacemos pabellones, porque si fuera por mí solo haría teatros, me encanta ese ambiente. Pero en teatros por cojones tienes que poner las entradas más caras porque no es lo mismo tocar para 15.000 personas que para 2.000«, contaba.
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