
Para evitar que esos días de descanso se conviertan en un campo de batalla, el experto en relaciones sociales de la Fundación Casaverde, Julio García Gómez, propone un pequeño manual con pautas prácticas para mantener la paz familiar.
Entre sus recomendaciones destaca la importancia de mantener una comunicación fluida y abierta con todos, incluidos los familiares políticos. Dejar a cuñados o suegros al margen de conversaciones no ayuda. Y, si surge un desacuerdo, mejor optar por el diálogo tranquilo que por una discusión que pueda arruinar el momento.
Otra herramienta útil es crear un «Plan de Comunicación de Verano», sobre todo con hijos e hijas. El objetivo es potenciar el diálogo en momentos como el desayuno, la comida o la cena. Dejar de lado los móviles. La clave está en que padres e hijos compartan también tiempo de calidad.
García Gómez también subraya el valor de los abuelos como mediadores y transmisores de experiencias. Escuchar sus historias, ver fotografías antiguas o conocer anécdotas que marcaron su vida puede unir a la familia. Ellos pueden convertirse en los mejores consejeros durante las vacaciones.
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