
En una profunda charla con Évole, Lolita ha contado detalles de aquella época, que nunca había contado, como por ejemplo que cuando su hermano falleció iba prácticamente todos los días al cementerio. La cantante habló además de sus adicciones durante el año y medio siguiente, explicando que se hundió tanto que recurrió al alcohol y a la cocaína para anestesiar el dolor tan grande que tenía.
«Hay muchos camerinos de patadas mías, de puñetazos en la pared y de espejos rotos«, le confesaba al periodista hablando sobre la impotencia y el dolor que aquello le supuso y añadía: «Yo terminaba un concierto y tiraba sillas. Fue un año de locura absoluta en el que bebía, tomaba cocaína, me acostaba a las tantas…«, contaba.
Lolita reconocía en la entrevista que ella no sabía que se podía querer tanto a un hermano y su muerte, lógicamente, fue un aldabonazo tremendo para ella: «Me daban las ocho de la mañana. A las 07:30 me lavaba la cara, porque mis hijos se iban al colegio, para que me vieran bien y luego me acostaba. Así estuve un año y pico…. Ponía los discos de Moncho, me ponía mi botella de whisky y una caja de pañuelos y a escribir y llorar«, le contaba a Évole.
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