Manuel Carrasco

Manuel Carrasco sorprende con los instrumentos más insólitos detrás de ‘Pueblo Salvaje II’

El artista revela cómo objetos cotidianos y sonidos medievales se convirtieron en la esencia de su último trabajo

Alba García-Fogeda

Manuel Carrasco ha abierto el baúl de los recuerdos para compartir con sus seguidores un viaje muy especial, cómo se gestó el sonido de Pueblo Salvaje II, su último disco hasta la fecha.

El artista publicó un carrusel de vídeos en su Instagram en el que se ven imágenes de las sesiones de grabación y en el que confiesa que recurrieron a todo tipo de recursos poco convencionales para dar forma al álbum.

«Instrumentos medievales, una silla de playa, mandolinas, nudillos sobre cualquier cosa que nos sonara interesante, metales, latas, ¡salvajismo puro!« escribía el onubense en la publicación. Palabras que dejan entrever la esencia de un gran proyecto que no solo bebe de la tradición musical, sino también de la experimentación más atrevida.

De las mandolinas a una silla de playa

Lejos de limitarse a las guitarras o la batería, el cantante y su equipo apostaron por experimentar con todo lo que tenían a mano. Las mandolinas pusieron un toque brillante y diferente a las melodías, mientras que los instrumentos medievales aportaron un aire especial y poco habitual.

A todo ello se sumaron objetos de los más comunes como latas convertidas en percusión o metales que aportaban fuerza a la melodía. También probó suerte Manuel Carrasco con sus manos sobre una tabla como si de un cajón se tratara.

La anécdota más curiosa llega con la silla de playa, que acabó sumándose al catálogo de «instrumentos» improvisados. En el vídeo puede verse a un músico soplando por uno de los agujeros de la estructura como si se tratara de una flauta travesera. Un gesto que resume a la perfección la libertad con la que el artista impregnó cada sesión de estudio.

Más allá de lo anecdótico, este detalle refleja la frescura con la que nació Pueblo Salvaje II. Un disco concebido sin reglas, abierto a la imaginación.

Del estudio al directo

Manuel Carrasco asegura que esta aventura no se quedó en las paredes del estudio: «Ahora tocamos en directo y que está siendo de lo más bestia que he vivido encima de un escenario», confesaba.

Y es que Pueblo Salvaje II no solo es un experimento sonoro, sino también un espectáculo en vivo que conecta con el público desde su interior.

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