
¿Te ha pasado alguna vez que intentas llamar a tu hijo y dices cualquier nombre menos el suyo? No te preocupes: la psicología tiene una explicación. Es totalmente normal que, de vez en cuando, tengas un descuido y llames a tu pequeño con el nombre de su hermano, o viceversa.
En un artículo para el periódico El País, la psicóloga Jennifer Delgado Suárez explica que se suele dar más importancia a este problema de lo que realmente significa: «Quizás, si se repite en el tiempo, pudiera parecer un problema más serio, más que lo que suele ser: algo anecdótico o un simple reflejo de cómo nos organizamos mentalmente«.
Por otro lado, el neuropsicólogo Álvaro Bilbao comenta que esta confusión tiene mucho que ver con el contexto en el que se de la situación, es decir, si se trata de una disputa, una bronca o hay prisa, ya que el sistema nervioso actúa desde la impulsividad.
Además, afirma que suele tratarse de un «error cognitivo» derivado de la falta de atención o como muestra de la organización que hay dentro de nuestro cerebro.
El estrés también es un factor muy importante para entenderlo, pues en los momentos en los que actuamos desde esta sensación es mucho más común tener este tipo de lapsus.
En conclusión, tener este tipo de errores con tu familia es totalmente normal, no hay que alarmarse más de la cuenta, y menos si el entorno favorece este tipo de equivocaciones.