
Este fenómeno, que ha despertado el interés de expertos en neuropsicología y comunicación, tiene nombre y explicación. La profesora de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), Elena Neira, y el neuropsicólogo Juan Luis García Fernández lo llaman ‘memoria de pez‘. Así lo señalan desde Uppers.
Tal y como explican, esta pérdida de recuerdo está directamente relacionada con el consumo en maratón de numerosos contenidos. Por un lado, se dificulta la codificación de la información, y por otro, se impide que esa información se conecte con recuerdos precios. “Las conexiones (de la memoria) son más débiles y, por tanto, es mucho más fácil olvidarlas«, apunta Neira.
García Fernández añade que no se trata de tener mala memoria, sino de saturarla. El resultado es una experiencia de consumo intensa pero efímera donde lo visto se desvanece rápidamente. «Es como comer muy rápido sin saborear: al final, no recuerdas ni lo que has comido«, señala.
Otro factor que contribuye al ese frecuente olvido de los contenidos audiovisuales es el llamado ‘efecto túnel’. Este concepto se refiere a cómo los algoritmos de las plataformas deciden por nosotros, limitando la variedad de contenidos que exploramos.
Es frecuente entrar en una plataforma de streaming y dejarse llevar por las propias recomendaciones de la aplicación, las cuales están basadas en el contenido que hemos visto recientemente, lo que no hace más que limitar la variedad de los mismos. «El streaming ha originado un nuevo modelo de espectador: activo en el consumo, pero pasivo en la elección«, comenta Neira.
Un panorama que, desde el ámbito neurocientífico, Juan Luis analiza del siguiente modo: «El sistema de recompensa del cerebro, mediado por la dopamina, se activa con estímulos familiares y placenteros. Por eso repetimos patrones: ver series parecidas nos da una satisfacción inmediata«. Eso nos lleva a repetir patrones que ya nos han proporcionado placer anteriormente, cerrando el círculo de consumo.
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