
Es un implante sin hormonas que se conoce como ‘ADAM’. Llegará formulado como un gel soluble en agua que debe aplicarse en las zonas que contienen los conductos espermáticos, donde este hidrogel conseguirá que los espermatozoides no intercedan en el semen.
Una de sus grandes ventajas es que no tendrá efectos a largo plazo en el cuerpo de los varones que lo utilicen, ya que prometen que su efecto se descompone después del tiempo prometido para su utilidad.
Promete convertirse en una alternativa a otros métodos anticonceptivos más conocidos en la actualidad, como pueden ser los preservativos o las vasectomías, y en su primera fase de ensayos clínicos, los expertos de Contraline descubrieron que ‘ADAM’ era capaz de capar los espermatozoides durante dos años, sin detectar células reproductivas masculinas en las eyaculaciones de las 25 personas que han querido participar en uno de los ensayos más revolucionarios.
El director médico de la compañía biotecnóloga responsable del fármaco ha confirmado que su objetivo principal era «crear una opción anticonceptiva masculina que durara dos años y que respondiera directamente a las necesidades de los consumidores». Y parece que todo va bien encaminado, ya que el implante, que se aplica con anestesia local en un proceso que no se alarga más de los diez minutos de duración, está dando resultados prometedores.
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