
La deshidratación ocurre cuando tu cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, algo que es muy frecuente con las altas temperaturas. Cuando arrancamos a sudar eliminamos líquidos de nuestro cuerpo, por eso es importante con el calor beber frecuentemente para mantenerse hidratado. El agua es clave y, cuando falta, el cuerpo empieza a dar señales de alarma.
¿Crees que estás sufriendo deshidratación? Estos son algunos síntomas que te deben encender la alarma:
Si ves que alguien presenta alguno de estos síntomas, ayúdale a hidratarse. Los niños pequeños y las personas mayores son especialmente vulnerables, por lo que es importante vigilar su hidratación incluso si no manifiestan sed, y más aún en temporadas de altas temperaturas.
Este cuadro puede desarrollarse de un momento a otro, especialmente en personas mayores, niños, embarazadas o personas que padecen enfermedades crónicas. También puede afectar a quienes trabajan al aire libre o practican deporte en condiciones extremas.
Si ves a alguien con alguno de estos síntomas, no dudes en buscar atención médica inmediata. Mientras llega la ayuda, trasládalo a un lugar fresco, quítale la ropa y refréscalo con agua, toallas húmedas o compresas frías en cuello, axilas e ingles.
En estas fechas es importante estar alerta. Y no hay nada como prevenir, ya sea la deshidratación o el golpe de calor. Para ello, algunos consejos son beber agua constantemente (incluso sin sed), no exponerse al sol entre las 12:00 y las 17:00 horas y usar ropa ligera y transpirable, además de complementos como gorras, gafas de sol y crema solar.
También puedes preparar tu casa para afrontar las altas temperaturas ventilándola correctamente y protegiendo aquellas zonas en las que da el sol directamente.