
Con lo que se refería a la «belleza y la calma» de los jardines, frente a «la crudeza y el horror reflejado dentro del museo de Hiroshima», lo que según ella es «imprescindible» de visitar para conocer el pasado y comprender el presente del país.
Además, tras la visita del museo también dejaba palabras como estas: «no es un lugar bonito ni alegre, pero sí necesario para entender por qué la paz nunca debería darse por sentada».
Pero lo que sin duda le marcó durante todo este viaje fue la historia de Sadako Sasaki, una niña que, según comentaba la presentadora, «sobrevivió al bombardeo atómico de Hiroshima y que, al desarrollar leucemia años después, intentó curarse haciendo origamis de papel, inspirada por una leyenda japonesa que decía que si conseguía hacer mil en un mes, se curaría».
No obstante, esta historia no tuvo un final feliz: «no logró curarse, su historia la convirtió en un símbolo de paz y las grullas de origami en un emblema de los movimientos pacifistas. La ciudad está llena de ellos«.
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