
En su presentación Josefina ya dejó claro que el camino hacia el amor no sería fácil. “Yo no ligo porque soy cortada y ellos hacen como que no me ven o son gays, porque en mi casa tengo espejo y también me lo pregunto”, confesó a Carlos Sobera en la zona de espera. También explicó que es muy selectiva y que no cualquier hombre le atrae: “No me gustan todos los hombres, sino solo unos pocos que tienen algo y los veo como hombres de verdad”.
La tensión comenzó en el momento en que Óscar se sentó a la mesa. A pesar de sus intentos por generar conversación, la cita avanzó en un ambiente de frialdad. «Suéltate y estate tranquila«, le dijo él intentando romper el hielo, pero Josefina no recibió bien el comentario: “¿Perdona?”, respondió, visiblemente incómoda. Desde ese instante, la conexión entre ambos se rompió por completo.
El momento más llamativo de la velada llegó cuando Josefina, sin apenas haber hablado con Óscar durante la cena, le dijo: “¿Te puedo pedir una cosa? No me gusta que estés todo el rato ahí mirando”. Aunque lo dijo con una sonrisa, el comentario dejó claro su nivel de incomodidad. “Me he sentido súper incómoda. Le brillaban los ojillos mucho…”, explicó luego ante las cámaras.
La tensión culminó en la decisión final, donde Josefina se negó a repetir la experiencia: “No me he sentido a gusto, porque no eres el tipo de hombre que me gusta y apasiona”. Óscar, aunque sorprendido, aceptó la situación y se ofreció a pagar la cena “sin rencores”.
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