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Si tu hijo te prohíbe entrar en su habitación, activa los 5 sentidos: «Es un grito de auxilio»

Un experto en adolescencia lo confirma

Para los padres, que sus hijos estén bien cuidados y protegidos es una tarea más que fundamental, ya que buscan su bienestar en cualquier momento. Pero hay veces en los que los factores a los que se exponen los más pequeños se escapan del alcance de los adultos, por lo que siempre debemos estar alerta a las señales que puedan mandarnos, y la manera en la que se comportan en casa es un factor clave para podernos dar cuenta de que les ocurre algo fuera de la normalidad. Ahora, el experto en adolescencia Alejandro Rodrigo ha explicado que las conductas de los jóvenes en su habitación pueden tener más importancia de la que le damos en un principio.

Mucho cuidado si tu hijo se empeña en que no entres en su habitación

El escritor de ‘Cómo prevenir conflictos con adolescentes’ y ‘Adolescentes reales desde dentro’ ha concedido una entrevista a Informativos Telecinco, y ha sido allí donde ha hablado sobre los motivos que podría haber detrás de la decisión de los menores de prohibir la entrada en su habitación a sus progenitores.

En muchos casos lo hacen para protegerse cuando sienten que no se les está dando la atención y el cariño necesario, con el objetivo de que los padres no sean capaces de descubrir su faceta más sensible: «Me lo llevan diciendo los adolescentes en despacho desde el inicio. Cuando un hijo siente que en realidad a sus padres él no les importa, entonces se hunde en su habitación y les prohíbe la entrada. Nosotros les acusamos de ser desagradecidos, pero la realidad es que se esconden porque no quieren que les veamos lo tristes que están. No se trata de lo que nosotros hagamos, sino de lo que ellos sientan. No es un normal que un adolescente prohíba sistemáticamente la entrada a su habitación, es una señal de alarma. Un grito de auxilio«.

Además, también ha querido hablar sobre la responsabilidad que tienen los padres a la hora de resolver los conflictos que se puedan generar con los menores a lo largo de la adolescencia, etapa en la que son comunes: «La adolescencia es una etapa marcada por la efervescencia de las emociones y en el que el cambio físico se hace más palpable que nunca, lo que conlleva en ocasiones sentimientos enfrentados o confundidos. Lo complicado no es que haya conflictos sino la manera en que estos conflictos se abordan o se resuelven. (…) Saber dónde nos situamos es fundamental», reconoce el experto.