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Ya no hará falta someterse a cirugía para combatir la calvicie: Llega un revolucionario tratamiento

Estaría listo para 2030

La calvicie es un problema que afecta a miles de hombres y mujeres a lo largo y ancho del globo terráqueo, y hasta ahora una de las soluciones preferidas es implantarse pelo sometiéndose a una cirugía que requiere un cuidado muy exigente tras la operación. Por otro lado, hay personas que optan por fármacos como el Minoxidil o el Finastaride, pero se están descubriendo efectos secundarios de estos que podrían estar vinculados a la depresión e incluso a ideas suicidas, por lo que muchas de las personas que lo consumen están decidiendo tomar otras medidas.

Pero todos estos recursos para la calvicie podrían tener los años contados, ya que en 2030 llegaría un tratamiento en inyecciones que ya ha dado resultados prometedores.

El tratamiento definitivo contra la calvicie llegaría en 2030

Ha sido el dermatólogo y responsable de la investigación en el Hospital Clínico San Carlos, Eduardo López Bran, quien ha confirmado que en el año 2030 podría haber un tratamiento efectivo contra la calvicie que sería una auténtica revolución, ya que no sería necesario pasar por quirófano para recuperar el pelo del cuero cabelludo.

Es un tratamiento prometedor que ya ha dado resultados más que satisfactorios, y es que han conseguido repoblar el 100% del cuero cabelludo en los ratones machos que han protagonizado el experimento a lo largo de cinco años, así como 9 de cada 10 hembras. Ahora, el estudio quedaría pendiente en humanos, algo que comenzaría de cara al próximo año. De ser favorable, el tratamiento estaría disponible para su consumo en cinco años según ha confirmado en ‘Los diálogos de EFEsalud’ el jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos.

¿Cómo se emplearía?

El tratamiento se aplicaría a través de mesoterapia, inyecciones que se administran directamente en el cuero cabelludo, ofreciendo unos resultados duraderos que serían capaces de combatir la alopecia androgénica, que es el tipo más común que llega a afectar al 40% de las mujeres y el 80% de los hombres.

Sería una auténtica revolución farmacéutica porque esta patología supone un gran bajó en el nivel emocional de todas las personas que la sufren y que podrían empezar a paliarla de una manera mucho menos invasiva que las actuales.