¡Descubren el sustitutivo definitivo de la sal!

Nuria Serena

Se llama Vinesenti y se obtiene del orujo de la uva. Ya hay muchos chefs de renombre que han empezado a utilizarlo, porque además de salar, aporta a los alimentos ciertos matices y color.

Los padres de la criatura son investigadores de una empresa biotecnológica de Valladolid, Abrobiotec, que trabajan en el ámbito de la bioeconomía, es decir, aprovechar de un recurso todos los componentes para conseguir «cero residuos«.

Y precisamente del orujo de la uva, considerado un residuo, se obtiene este extracto que, para el colmo, es bueno para el corazón, porque contiene las cualidades cardioprotectoras del vino y presenta una alta dosis de antioxidantes naturales y de fibra.


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El Vinesenti se elabora a partir de dos variedades autóctonas españolas: Tempranillo y Verdejo. En primer lugar se extraen del orujo de la uva los compuestos polifenólicos. Después, tras la concentración, se procede al secado para obtener una sustancia tamizada en polvo, con aspecto similar a la harina, con color rojo amoratado o canela, dependiendo del color de la uva (blanca o roja)

Los resultados obtenidos tras evaluar las propiedades del extracto son increíbles tanto a nivel sensorial como saludable. Por una parte, el producto enriquece los platos añadiendo matices sensoriales, consistencia y color. Da brillo a las salsas, da cuerpo a las masas, enriquece los platos y los hace únicos. Es un potenciador natural del sabor: el pescado sabe más a pescado y la carne, más a carne.

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Vinesenti además preserva la oxidación de los alimentos, ya que aporta antioxidantes prolongando la vida útil de los productos.

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