«Haciendo la mudanza de una señora se cayó la mesilla y salieron un montón de juguetes sexuales. ¡Los amigos! Que venían a saludar»

Saray Esteso

Imaginaros la cara que se les debió quedar a los transportistas cuando vieron el catálogo de «juguetitos» que tenía la buena señora. Pero esta no es la única anécdota que nos han contado los atrevidos sobre las mudanzas.

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