La gran mayoría de las personas han visto alguna vez en la vida vídeos eróticos. La cuestión es que hay que saber diferenciar entre realidad y ciencia ficción, dado que el porno es ficción pura.
La educación sexual se debe aprender desde otros ámbitos porque cada vez es más propenso comenzar a consumir este tipo de vídeos desde muy jóvenes y de forma masiva, por lo que se puede llegar a confundir entre lo que se debe hacer en la cama realmente con lo que es irreal.
Podemos ver que en este ámbito la mujer suele tener un papel sumiso, donde solamente obedece órdenes. Cada uno disfruta del sexo como quiere, pero no significa que en la vida cotidiana la mujer tenga que ser así, ni tampoco en los momentos íntimos, depende de los gustos de cada pareja y las normas que se lleven a cabo.
¿Afecta o no ver este tipo de cosas estando en pareja? La respuesta es indeterminada, dado que tiene mucho que ver con el fin para el que se utilice.
La función del porno es el entretenimiento y hay que tomarlo así, como una ayuda para estimular el cuerpo.
Pero para que una relación funcione verdaderamente, tiene que haber plena comunicación, sentimientos, emociones y llegar a disfrutar uno con el otro. El placer se genera cuando ambas partes están satisfechas.
Los vídeos eróticos tienen diversos fines en cada persona. Se puede disfrutar de ello solo u acompañado la pareja, pero en ningún momento se trata de un pecado.
Es un método más de disfrute, aunque nunca hay que confundirlo como si fuera la realidad en cuanto al sexo, porque no es así.
