Pocas sensaciones pueden frustrar tanto como el hecho de estar cansado y no poder conciliar el sueño. A veces, por situaciones de estrés, haber vivido un duro momento en tu vida o tener demasiadas preocupaciones, es difícil pegar ojo cuando llega la noche.
Dormir es esencial, pero hay situaciones que no nos lo ponen fácil. Si es algo habitual, lo correcto sería hacer una mirada retrospectiva y descubrir los hábitos que necesitas cambiar. Si, por el contrario, son épocas aisladas aquellas en las que sufres pequeños ataques de insomnio, estos trucos te ayudarán a que no aparezcan de manera frecuente.
– El deporte, tu mejor aliado
Resulta lógico, pero es una de las prácticas más eficaces para caer rendido cuando llega la noche. Correr, andar o realizar cualquier práctica deportiva hace que durmamos con mayor facilidad y prolonga el sueño profundo.
– Coge una rutina
Al cuerpo le gusta la rutina. Es más fácil que nuestro cerebro encuentre que es el momento perfecto para irse a la cama si cada día nos vamos a dormir a la misma hora. Es una manera de entrenar a nuestro cuerpo, habituando a este a una práctica que nos hará estar más descansados y frescos al día siguiente.
– Los dispositivos móviles no ayudan
Sabemos que es difícil eliminar una práctica tan habitual como estar con el móvil en la cama minutos antes de dormir, pero lo cierto es que no ayuda nada. El uso de los dispositivos móviles en la cama (sobre todo si es a oscuras) es una de las grandes causas del insomnio a día de hoy.
La culpa de esto la tienen las pantallas. La luz de las mismas estimulan nuestro cerebro haciendo pensar a este que se encuentra en las horas de día, por lo que se producen alteraciones en los ciclos de sueño.
– Lo que comes es importante
Evita las bebidas con cafeína, sobre todo a partir de ciertas horas de la tarde. Es recomendable que en la cena no tomes alimentos que puedan producir gases o pesadez en el estómago. Si das trabajo a tu sistema digestivo, tu cuerpo estará esforzándose por hacer la digestión cuando tú pretendes descansar y te será más difícil dormir.
Si aplicando todas estas prácticas no hay manera, no te fuerces. Tras 20 minutos en la cama sin poder dormir, levántate y ponte a leer o realizar cualquier otra práctica hasta que el sueño llegue. Tratar de forzar el sueño es imposible y, cuanto más pienses en querer dormir, más te costará.
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