Joven dormido

Las horas de sueño perdidas no se pueden recuperar ¡y además engordan!

Noelia Bertol

¿Cuántas veces te has dicho eso de: hoy dormí poco, pero luego me echo la siesta y lo recupero? Seguro que en más de una ocasión. Nuestro entorno, la cultura española en la que estamos inmersos, hace que trasnochemos a diario y madruguemos para ir al trabajo, durmiendo una media de 6 horas diarias, según mediciones del CIS.

Esto no solo tiene a la larga unas consecuencias negativas en nuestra salud, sino que afecta a nuestro estado de ánimo e incluso ¡nos hace engordar! Esas horas que no se descansan están muy vinculadas con el aumento de peso. ¡Te contamos por qué!


Si de diario duermes poco, no vas a recuperar esas horas de sueño por mucho que el fin de semana duermas dos horas más. La ciencia niega que eso sea posible. Además, advierte de las consecuencias de tener este mal hábito como una rutina.

Esto ha generado un problema que se ha denominado deuda del sueño. Se ha establecido que los adultos deben dormir entre 7 y 9 horas diarias, de lo contrario podrían estar desarrollando consecuencias perjudiciales para la salud como estrés, enfermedades cardiovasculares, pérdida de memoria, merma del apetito sexual u obesidad.

¿Por qué engordamos si dormimos poco?

Esto se debe a que la falta de sueño aumenta la fatiga, un factor que tiende a alimentar un trastorno en nuestra alimentación, haciéndonos comer más rápido e incluso recurriendo a comida basura o ultraprocesados para calmar rápido nuestro apetito. Este tipo de comida, al mismo tiempo, tiene un efecto saciante rápido, por lo que a las pocas horas vuelve a presentarse nuestro apetito.

Es todo un bucle que no tiene su raíz exclusivamente en la falta de sueño, pero sí que es un factor que no debemos dejar de tener en cuenta.

¿Cómo ponerle solución?

 

No se trata de dormir más horas los fines de semana, pues aunque la fatiga puede desaparecer, no lo harán el resto de problemas si continuamos durmiendo poco los días de diario. Por lo tanto, la solución es ir adquiriendo la rutina de dormir una hora antes de la que estamos acostumbrados.

Nuestro cuerpo nos irá pidiendo así dormir cuando se acerque la hora, y al final terminaremos por dormir las 8 horas diarias que establece como recomendación la ciencia. ¡No dejes que el sueño te pase factura!

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