De repente, mientras duermes, notas como unas manos familiares te agarran y, de una forma bastante poco sutil, te van quitando la ropa. El cuerpo al que pertenecen te intenta hacer suyo… y la verdad es que te apetece, así que te dejas. El resumen es que en mitad de la noche practicáis sexo. Tú, de una forma bastante rara e inesperada, pero tu pareja… a tu pareja se lo cuentas al día siguiente y no tiene ni idea de lo que ha pasado.
¿Practicas sexo y no te enteras?
Así es: eso es la sexsomnia. Una especie de momento en el que una persona, en un estado similar al sonambulismo, practica sexo. Estas actividades pueden ir desde su propia masturbación hasta tener relaciones sexuales con otra.
No abundan
Es algo raro, tenemos que decirlo. No son muchos los registros de individuos que se han dado acerca de este caso (o al menos, que lo hayan contado). Además, no se puede sacar una estadística ni hacer un estudio, dado que esto les ocurre una vez de cada 3.000, 5.000 o 12 000 noches. Vamos, que no es viable tener a un científico sentado a los pies de la cama esperando a que ocurra.
¿Por qué hay gente que es sexsomne?
Desde luego que, entre las diferentes posibilidades de ser sonámbulo, nos quedamos con esta. Es, sin duda, la más agradable. Aunque lo cierto es que si tu pareja tiene que recordarte al día siguiente lo que pasó, pierde emoción. Pero, vamos, probablemente en el momento lo disfrutes. Existen varias razones por las que los humanos tienen esta predisposición:
– No descansar correctamente o sufrir falta de sueño en las últimas semanas.
– Estar estresado.
– Ser varón, ya que la mayoría de personas que padecen sexsomnia lo es.
– Consumir drogas o alcohol frecuentemente.
– No tener una higiene adecuada.
– Trabajar a turnos, por lo que no terminan de adaptarse correctamente.
¿Qué hago si mi pareja es sexsomne?
A ver, si eres sexsomne poco te importa leer esto o no. Y es que, encontrar una solución te va a ser difícil para algo que haces mientras permaneces en una fase de sueño profundo. El tema está cuando eres quien duerme a su lado y el afectado te ataca en mitad de la noche con ganas de fiesta.
Una de dos: puede que no te venga mal y decidas seguirle el juego. Viendo que en ocasiones se le ponen los ojos en blanco, mejor deja las luces apagadas. Al día siguiente, ya le cuentas lo ocurrido, o no, según te dé.
La segunda opción es que te pille con pocas ganas y tengas que negarte un poquito. Pues, bueno, estás en todo tu derecho. Así que, aparta a tu compañero de una forma sutil, volviendo a llevarlo a su lado de la cama, intentando que no se despierte.
Por lo general se volverá a dormir y aquí no habrá pasado nada. Si ocurre una vez cada tres meses, no debes preocuparte. Si te molesta noche sí noche también, elige: puede que esté fingiendo ser sexsomne porque también ha leído este artículo… o puedes llamar al científico para que venga a dormir con vosotros.
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