Beber agua fría, ¿perjudicial o beneficioso?

Noelia Bertol

Comienza el buen tiempo y sabemos que no falta la botella de agua fría en la nevera. Una gran aliada que nos ayuda a calmar la sed en este tiempo de calor y a mantenernos hidratados. Sin embargo, ¿es bueno tomar agua tan fría? 

Seguro que te ha pasado alguna vez llegar sediento a casa y tomarte un vaso de agua fría del tirón. La sensación que te queda, sin embargo, no es la de haber calmado la sed, sino la de un fuerte pinchazo en la cabeza. ¿Qué significa esto?


Esto se debe al repentino cambio de temperatura al que sometemos a nuestro cuerpo tras la ingesta de una bebida fría. La arteria anterior cerebral actúa dilatándose para tratar de contrarrestar el frío atrayendo el calor a través de la sangre de nuestro cuerpo.

¿Es bueno o malo?

 

Existe una creencia popular que afirma que beber agua fría después de comer empeora la digestión. ¿Verdadero o falso? Lo cierto es que no existen evidencias científicas de que sea nocivo, pero sí que es cierto que las personas con acalasia, una enfermedad en el esófago que dificulta el paso de los alimentos al estómago, deben tener más cuidado. En estos casos, según publica Muy Interesante, es recomendable no tomar bebidas muy frías.

Los beneficios de beber agua fría

 

Para los que no padecen acalasia, beber agua fría no debe suponer ningún riesgo. De hecho, puede tener grandes beneficios. Muchos son los que afirman que beber agua fría no solo nos hidrata más rápido, sino que además ¡adelgaza!

Esto se debe a que cuando una bebida fría entra en nuestro organismo, este se pone en marcha para que el líquido alcance los 37 grados. Cuanto más fría esté la bebida, más energía consumimos.

¿Cuál es la temperatura óptima?

 

Algunos estudios consideran que la temperatura óptima del agua que consumimos debe ser de 16 grados, más o menos la temperatura del agua fría directamente del grifo, sin estar refrigerada.

Lo que está claro es que beber agua es beneficioso para nuestra salud, ya que no solo nos mantiene hidratados, sino que nos regula la tensión y la temperatura corporal. ¡Ya sabes, no te olvides de tus dos litros diarios!

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