Concederle a tu pareja una segunda oportunidad es un acto de generosidad y de confianza que no todo el mundo se merece. Se suele decir que “segundas partes nunca fueron buenas”. Nosotros no somos tan pesimistas, pero os recordamos que como mínimo hay que andar con cuidado al tomar una decisión como esta.
Andrés conoció a su segunda pareja 4 años después de divorciarse. Se mudaron juntos y convivieron durante 10 años. Dos semanas antes de la graduación de su hija, Andrés fue a Barcelona para prepararlo todo. Su pareja acudió a la ceremonia y al volver a casa le dijo que se iba a ver a su madre. Cuando Andrés subió a su habitación, se dio cuenta de que no quedaban pertenencias de su pareja en casa. A los seis meses, por su cumpleaños, le envió un ramo de flores y le pidió una explicación. Ella le dijo que se había agobiado y Andrés le dio una segunda oportunidad. Al volver solo tenía exigencias para él. Andrés cedió ante todas sus imposiciones hasta que, finalmente, decidió dejar la relación y evitar cualquier contacto con esta persona.