Dicen que las segunda oportunidad nunca son buenas, aunque la realidad es que necesitamos probar nosotros mismos que de verdad no lo son. Pero la cuestión es que igual no es una segunda, sino una primera vez, porque las personas cambiamos y cuando nos reencontramos con alguien del pasado lo que antes no encajaba, ahora de repente lo hace.
Carmen se separó hace cinco años y tiene la custodia compartida con el padre, pero la relación entre ambos nunca fue muy buena, porque él le fue infiel. Ahora, vuelven a tener contacto y Carmen está muy ilusionada. Es como si nada hubiera cambiado. Le ha ofrecido su casa para quedarse temporalmente, ya que él ha roto su última relación. Nuestra protagonista no sabe muy bien si está haciendo bien en retomar esta relación por miedo a que vuelva a pasar lo mismo que años atrás.