Su recuerdo a hace ya unas décadas le ha llevado a rescatar una anécdota que le contaron sobre uno de los primeros médicos de nuestro país. Con traje, sombrero y montado en burro, acudía allí donde se le necesitaba.
Y sin intención de extenderse mucho más, nos acerca estos preciosos versos de Pablo Neruda en el que habla de todo pretendiendo referirse finalmente a su sombrero. No sabemos cómo se mide la espuma de una cerveza aunque sí andamos preocupados, igual que Saray Esteso, en el final de la historia para la pobre mosca.
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