Karlos Arguiñano confiesa su oculta pasión secreta

El cocinero ha acudido a El Hormiguero para revelar una de sus aficiones más curiosas.

Guss González

Karlos Arguiñano es uno más de la familia… Desde hace décadas elabora menús a diarios en sus programas de televisión. Su naturalidad y complicidad con el espectador le han ido convirtiendo en un personaje muy querido y reconocido, aunque siempre nos sorprende con nuevas facetas.

En esta ocasión, Arguiñano acudía a «El Hormiguero» el espacio diario que presenta Pablo Motos, y con el que charlaba de manera muy amena.

«La grandeza que tiene España es que es un mosaico de cocinas. Todos los lugares tienen su toque y eso es una riqueza mundial. Nos tenemos que aprovechar de eso», comentaba en uno de los momentos de la entrevista.


El humor que le caracteriza dejó paso a una importante reflexión: «Somos los números uno de Europa en obesidad infantil y eso es un horror. La culpa la tienen los padres, y lo digo con todo el cariño. Vamos a preocuparnos de nuestros niños y niñas y vamos a darles de comer variado», sentenciaba.

«Si tú, de niño, estás con sobrepeso, no puedes jugar en el recreo como es debido e igual eres el hazmerreir de los demás. Y esos niños y niñas ya empiezan a ser infelices. Y luego está la salud. Si sigues engordando se convierte en un problema gravísimo», comentaba con Motos.

 

Karlos Arguiñano y su pasión secreta

 

En un momento dado, Karlos reveló una de sus aficiones más desconocidas: «Lo que más me gusta son las mangueras. Cuando hice el restaurante, hace 42 años, vinieron los de seguridad y me dijeron que había que poner una. Pues la quiero como la de los bomberos de San Sebastián», rememoraba.

«Cuando empecé a venir a Madrid la conocía sobre todo de noche. Y alguna vez, cuando volvía de madrugada, veía a los que limpiaban la calle de Alcalá con la manguera. Entonces le decía al taxista que parara, les daba 200 pesetas a los que las manejaban y les decía que me dejasen cinco minutos», relataba.