Curiosamente la segunda fase del fármaco ha sido testada en hospitales griegos, no hebreos, en una muestra de 90 pacientes.
La fase I, donde se mide la seguridad del mismo, sí se desarrolló en Israel, según informó el medio local The Jerusalem Post. Ahora los autores del estudio trabajan en preparar la fase III, la previa a la comercialización.
“Empleamos exosomas, vesículas muy pequeñas derivadas de la membrana de las células responsables del intercambio de información entre ellas y al lograr entregarlos exactamente donde se necesitas evitamos muchos efectos secundarios”, aclaró el profesor en la entrevista publicada por el diario israelí.
La CD24 evita que el coronavirus ataque a las células sanas del sistema respiratorio que, por inflamación, pueden causar la muerte por Covid-19. Lo hace ajustando a las membranas celulares y activando la tormenta de citocinas que nos defienden del virus.
La investigación se encuentra ya en Fase III y, en opinión de Arber, «se espera que los resultados sean favorables aunque no se conocerá su eficacia real hasta no contrastarlo con un placebo»
De hecho, en esta última fase participarán un total de 155 pacientes. De ellos dos tercios recibirán el fármaco. El resto, el placebo.
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