¿Lo sabías? La historia del español que inspiró La Bella y la Bestia

La vida de Pedro González, un tinerfeño nacido en 1537, recreada en el cuento francés

Ana Más

Irina Hirondelle es ilustradora y, tal como ella misma se define en su perfil de Twitter, a veces escribe cosas. Precisamente hoy hablamos de una de ellas. El hombre que inspiró el cuento de La Bella y la Bestia.

Irina cuenta que la historia que inspiró el cuento francés que luego llevaría Disney al cine está inspirada en alguien real, concretamente el tinerfeño Pedro González, que era hijo del jefe de una tribu guanche.

«Pedro González, la ‘bestia’ de las Islas Canarias que inspiró el cuento francés de La bella y la bestia y cuya vida da para película«. Así comenzaba Irina el tuit que después ampliaba con otros sobre el origen desconocido de este cuento. Te lo contamos.


La verdadera historia de La Bella y la Bestia, inspirada en un tinerfeño

Este hombre nació en 1537 con una enfermedad muy extraña llamada hipertricosis lanuginosa congénita (la suya fue la primera datada histórica y médicamente), que hace que crezca pelo en todo el cuerpo.  Y precisamente así nació el protagonista de la historia, cubierto completamente de pelo, algo que hizo que sus padres le abandonaran.

El hombre fue recogido por unos monjes que lo cuidaron en un hogar para niños abandonados, junto a otros niños, pero cuando se corrió la voz de cómo era, fue secuestrado por unos corsarios que querían llevarle a Bruselas para presentarlo ante el emperador Carlos V. El niño tendría entonces unos diez años.

Sin embargo, esto no llegó a suceder ya que el barco fue asaltado por un grupo de corsarios franceses que lo capturaron y entegraron a Enrique II y es que tal y como explica la ilustradora, «por la época era muy habitual que los reyes se dedicasen a aumentar colección de esos Gabinetes de Curiosidades, que en muchas ocasiones incluían directamente especímenes humanos, como es un poco el caso.«

Aquel niño se fue integrando en la corte, donde mejoró su educación, empezó a trabajar como ayuda de cámara y a hacerse llamar Petrus Gonsalvus, convirtiéndose en protegido del rey. Este era el encargado en hacer de anfitrión y supervisar los banquetes, un trabajo por el que además recibía un buen salario.

Cuando falleció el rey, su esposa Catalina de Médicis decide buscarle una esposa y la candidata que elige es Catherine, una joven y bella dama de compañía de la corte que conoce horrorizada a Pedro el mismo día de la boda y que sólo accedió a casarse por obedecer a la reina. Sin embargo, sucedió algo inesperado, ambos se enamoraron y tuvieron seis hijos.

Aunque tuvieron buena educación y títulos nobiliarios, cuatro de ellos heredaron la enfermedad del padre y se convirtieron en “bichos raros”, siendo exhibidos y retratados e incluso regalados a otras cortes europeas.

Pedro murió a los ochenta años en Italia bajo protección del duque de Parma tras más de cuarenta años de feliz matrimonio. Algunos de sus nietos también heredaron la enfermedad.

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