La verdadera historia y rostro de BlancaNieves: el viral que triunfa en X, antes Twitter

María Sofía Margarita Catalina Von Erthal fue una princesa alemana que murió muy joven

Nuria Serena

Si hay una historia con la que hemos crecido y seguirán creciendo las mujeres de medio mundo es la de Blancanieves, la historia de una princesa bella y encantadora que conoce a un grupo de siete enanitos en su huída de su malvada madrastra, la Reina Grimhilde, que ha ordenado matarla para ser más bonita del reino.

Pero… y si te contáramos que tanto esta como otras historias infantiles están basadas en hechos reales. Los hermanos Grimm, autores del relato fueron expertos en transformar en cuentos algunas de las historias que el pueblo iba transmitiendo de generación en generación.

Jacob y Wilhelm Grimm fueron dos eruditos, filólogos, mitólogos, investigadores culturales, lexicógrafos y escritores alemanes que coleccionaron y publicaron juntos folclore y libros durante el siglo xix, transformando en cuentos relatos orales tradicionales como La Cenicienta (Aschenputtel), El príncipe rana (Der Froschkönig), La pastora de ocas (Die Gänsemagd), Hansel y Gretel (Hänsel und Gretel), Rapunzel (Rapunzel), Rumpelstiltskin (Rumpelstilzchen), La bella durmiente (Dornröschen) y Blancanieves (Schneewittchen).


La verdadera historia de Blancanieves

La usuaria de X (antes Twitter) @teresaf12276437 ha querido compartir en las redes la verdadera historia de Blancanieves. Y nos cuenta que está basada en una princesa alemana del siglo XVIII, su nombre era María Sofía Margarita Catalina Von Erthal.

Es más, comparte una imagen de la bella princesa que nos muestra su blanca tez y su negro cabello, tal y como describe el cuento:

«María Sofía nació en el año 1729 en Lohr Alemania, estaba parcialmente ciega debido a la viruela, enfermedad que sufrió cuando era apenas una niña. Con solo 12 años en 1741, su madre falleció y dos años después de esta pérdida, su padre, el príncipe Philipp Christoph von Erthal volvió a casarse con Claudia Elisabeth María von Venningen, condesa imperial de Reichenstein, la cual se convirtió en la “cruel” madrastra de María.
Aunque no hay suficientes argumentos para asegurar que era una mujer perversa, se dice que la pequeña María Sofía sufrió de maltrato y humillación por parte de su madrasta, la que privilegiaba a los dos hijos de su primer matrimonio.
La familia de Philipp Christoph von Erthal se asentaba en el poblado de Lohr, cerca de Frankfurt, zona famosa, aún hoy día, por la manufactura de espléndidos espejos y cristales.
La condesa Claudia Elisabeth poseía un espejo de magnífica terminación, era un «espejo parlante», llamado así porque producía un efecto de eco cuando se hablaba delante de él, esta pieza se conserva a día de hoy en el castillo propiedad de la familia.
Se cuenta que pasaba horas frente al espejo deleitándose de su figura y hasta que le hablaba disfrutando del eco que le regresaba. Aquí está seguramente la base del famoso espejo parlante.
Por su parte María Sofía era muy querida por la gente del pueblo y casi siempre estaba rodeada de personas humildes, sobre todo las que trabajaban en las minas de la región. Estas minas construidas en un terreno blando tenían que ser muy estrechas para evitar derrumbes, ello requerían del trabajo de personas pequeñas e incluso niños.
En la vida real, y para protegerse de la humedad y el polvo, los mineros usaban gorras y largos abrigos. Y sí, así mismo como vestían los siete enanos del cuento.

La bella María Sofía murió muy joven, no rebasaba apenas los 21 años, pero no ocurrió debido a una manzana envenenada, de hecho, no se tiene clara la causa. Se sabe que contrajo una rara enfermedad que la obligó a pasar en cama largos periodos de tiempo, los niños y los mineros se acercaban a la casa ataviados con sus típicas vestiduras e intentaban ver de lejos a su preciada amiga.
Evidentemente cuando murió tampoco estaba dentro de un ataúd de cristal; pero hasta aquí hay verdad tras la leyenda, se dice que a su muerte la condesa no permitió acercarse a su funeral a los humildes amigos de María Sofía, mas sin embargo cuando parte el cortejo en carruaje descubierto, de forma espontánea los trabajadores de la ciudad se acercaban al féretro y pegaban con resinas pequeños pedacitos de cristal en prueba de amistad y cariño.
Al llegar al lugar de su sepultura final todo el ataúd estaba cubierto por ellos.
Los hermanos Grimm, pusieron el resto, a mi parecer su mayor mérito es haber hecho mundialmente famosa a la bella María Sofía con el nombre de «Blancanieves»