Iker Jiménez, presentador de Cuarto Milenio

«Iker Jiménez odia al mundo y la sociedad con la que convive»: la reacción en redes a la charla entre el presentador y el streamer Jordi Wild

El tuitero Manuel Huedo añade: "verles hablando sobre lenguaje inclusivo me está llevando directamente a una Nochebuena con mis tíos Paco y Manolo"

Nuria Serena

Iker Jiménez lleva un par de semanas en el ojo del huracán tras manifestar públicamente su postura sobre el lenguaje inclusivo.

El tema ha trascendido a las redes sociales donde cierto sector ha juzgado las palabras del presentador de Cuarto Milenio severamente.

Pero lejos de agotarse, la polémica se ha avivado tras la entrevista que mantuvo con el ‘streamer’ Jordi Wild y donde precisamente quiso ahondar en el tema.


El presentador Iker Jiménez en ‘The Wild Project’

«Antiproductivo y ridículo», a lo que añadió «aberrante«. Estos son los adjetivos que pronunció Iker Jiménez cuando argumentó su firme oposición al lenguaje inclusivo que tan de moda han puesto ciertos grupos ideológicos que siguen unas consignas políticas determinadas.

Y de ello habló durante la entrevista que mantuvo con el streamer Jordi Wild en el podcast The Wild Project.

Hizo alusión a la RAE para reforzar su speech y apeló a la libertad individual: «cada uno que use el lenguaje que quiera pero yo no quiero formar parte de un cambio forzado de la lengua de la que muchos filólogos «escandalizados» no están de acuerdo».

Más adelante denunciaba que los ataques que había recibido por expresar su opinión podrían calificarse de extorsión: «Mi opinión es que la lengua hay que cuidarla…. ¿Cuándo digo ‘hola, amigos’ hay alguna mujer que se sienta excluida?… Si hablas algo que es antinatural, eres señalado»

Y claro, las redes volvieron a pronunciarse. Concretamente uno de los tuiteros más seguidos de la red, Manuel Huedo, acusó a Wild y a Jiménez de comportarse como «dos cuñaos»: «Verles hablando sobre lenguaje inclusivo me está llevando directamente a una Nochebuena con mis tíos Paco y Manolo»

 

Y para rematar añadió: «La conclusión que saco es que Iker Jiménez odia al mundo y la sociedad con la que convive y que si por él fuera se iría en una nave espacial muy lejos de aquí en busca de libertad»