A veces la vida da golpes que nos cuesta procesar pero que llegan para dejarnos una gran lección. Eso es lo que le ha ocurrido a Marwán.
El artista sufría hace varias semanas un accidente en Nueva York que le obligó a cancelar su viaje y regresar urgentemente a España para ser operado. Este fue arrollado por una bicicleta que circulaba en sentido contrario, un accidente que terminó con su brazo fracturado.
Como consecuencia de este desafortunado acontecimiento, el artista no solo tuvo que regresar a España sino que además vio modificada su agenda profesional teniendo que aplazar los conciertos fechados para las próximas semanas.
La gran lección que ha extraído Marwán del accidente
Con mucho tiempo para pensar y valorar la situación, el cantante y poeta ha tratado de extraer la enseñanza de este suceso. «Me gusta mucho esa frase de Jodorowsky que dice que las heridas son los agujeros por donde entra la consciencia«, expresaba Marwán en una de sus últimas publicaciones en redes sociales.
«Algunas veces es imposible aprender de lo que nos sucede, está claro. Hay cosas que directamente no tienen sentido. Pero también es verdad que a veces no vemos más allá por nuestra forma de mirar. Cuando el otro día me atropellaron y se me quedó hecho polvo el brazo, pensé que era un accidente tan fortuito que nada podría aprender, pero lo cierto es que me noto muy cambiado desde entonces«, reconocía el cantante.
Un accidente tras el que se ha dejado cuidar por aquellos que tanto le quieren y que no se han dejado de preocupar por él desde que todo sucedió. «Desde entonces vivo inmerso en un nivel de gratitud difícil de explicar. Esto me ha conectado a lo bestia con mi corazón«, se sinceraba.
A veces pasa que uno aprende por esos golpes de la vida, pero también ocurre en otras ocasiones que aprendemos de los golpes de los que tenemos alrededor. Y eso es lo que nos ha ocurrido con las palabras del cantante. Compartiendo su lección, nos ha dado una grande a todos.
«Por último, el haberme sentido tan vulnerable, mágicamente, ha hecho que me instale aún más todavía en el corazón. No pienso ni en el tipo que me atropelló, ni que la vida no sea justa por tener que pasar por un quirófano a que me reconstruyan el brazo por un tipo que conducía en dirección prohibida cuando disfrutaba de un viaje delicioso junto a mi padre. Es verdad que tengo una vida bastante acomodada y que, en general, no tengo mucho derecho a quejarme, pero verme impedido durante meses de hacer lo que más me gusta, de tener independencia y sufrir tantos dolores por algo que no he provocado yo, tampoco es fácil. La cuestión es que siento que la vida sigue y siento también que, aunque durante un tiempo desaparezcan algunas cosas que me encantan, hay muchas otras que también te pueden dar la vida. Estar conectado con la gratitud es una de ellas y lo cierto es que me hace sentir maravillosamente bien. Solo quería recordar esto con este post: que por supuesto que la vida cuesta, pero es importante no olvidar que también está llena de belleza»
