Rocío Flores acudía a «El programa de Ana Rosa» sabiendo que la mañana iba a ser movidita. Esta semana saltaba la noticia como una bomba que sacudía todas las redacciones. Su padre, Antonio David Flores, y su amiga, Marta Riesco, viven un romance y actualmente comparten piso en Madrid. Una exclusiva que destapaba la revista «Lecturas».
Rápidamente, y además de la pareja, los focos mediáticos apuntaban a dos personas: la ex, Olga Moreno, y la hija, Rocío Flores. Aunque la joven confesaba haber querido permanecerse al margen, finalmente hablaba sobre la nueva relación de su padre.
«Desde el minuto cero que salió el rumor en «Sálvame» me desmarqué del tema, nunca jamás quise saber nada, absolutamente nada… En ningún momento he preguntado», afirmaba como declaración de intenciones.
La colaboradora afirmaba que no había tenido oportunidad de comentar este asunto con su progenitor. «Tengo que decir que mi padre ha intentado hablar conmigo y yo decidí no querer hablar del tema. Me desmarco totalmente de esto… No tengo nada que ver y que cada uno haga con su vida lo que quiera», sentenciaba.
Visiblemente afectada, la colaboradora siente que, pese a todo, está en medio de esta nueva relación. «Mi padre se ha intentado reunir conmigo varias veces y yo no he querido», comentaba entre lágrimas.
Rocío siempre se ha mostrado muy próxima a Olga Moreno. Cuando saltó la noticia de la separación, la joven mostró mucho respeto hacia la que había sido la mujer de su padre. «No he querido saber nada porque no perdía la esperanza de que Olga y mi padre redirigieran su relación», afirmaba.
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